La historia épica del ron, comienza con la historia de su ingrediente base, la caña de azúcar. Una hierba perenne del género Saccharum, que antes del cultivo como caña de azúcar por todo el caribe, creció en todo el sudeste de Asia tropical, desde Birmania hasta el centro de China y el Pacífico.
ORIGEN DEL RON
Para que este fermento evolucione (melaza) en el licor espirituoso que conocemos hoy, el azúcar y la historia del comercio juegan un papel fundamental, además de la obsesión global por las especias y la adicción a saborear algo dulce. Es gracias a Cristóbal Colón en 1493, que introduce la caña de azúcar en las Antillas (de aquella, las Indias Orientales) y pasa a ser un producto muy importante. El espirituoso ron se menciona por primera vez en documentos de Barbados, antaño colonia francoinglesa, por lo que su etimología proviene del francés «rumbullión«, que se acota a rum, y se españoliza como ron.
Existen muchos tipos de ron dependiendo de la destilación y la zona geográfica: claros y ligeros, típicos de la República Dominicana, Cuba y Puerto Rico, y los más pesados, oscuros e intensos (los más consumidos en España) como por ejemplo de Jamaica. Dorado, oscuro, blanco, especiado, aromatizado…
EL RON EN ESPAÑA
En España, ha habido desde hace siglos gran tradición en el ron debido a las antiguas colonias en el caribe, de las que luego se traía el producto, y España es hoy uno de los grandes importadores de ron en Europa, además de uno de los fabricantes más importantes con afamadas marcas patrias de gran tradición. Además como dato interesante, saber que la destilería más antigua de Europa está en las Islas Canarias. A nivel de consumo, según las estadísticas los españoles preferimos el ron con combinados, pero los expertos recomiendan consumir los rones premium, solos, on the rocks o simplemente con agua mineral para poder apreciar todas sus propiedades organolépticas, disfrutar de su verdadero aroma, de su color ámbar, y sobre todo de su especial sabor.